Miguel Grinberg
“LA META ES LA SOCIEDAD ECOLOGICA”
Pionero del periodismo ecológico, Grinberg enfatiza sobre la relación indisoluble que existe entre salud y naturaleza. Además, insiste en el concepto de educación ambiental para despertar la conciencia colectiva
Miguel Grinberg es un destacado escritor, pionero del periodismo ecológico. El 9 de abril tuvo a su cargo la apertura del curso Salud ambiental del niño y la mujer (ver curso Salud…), que se llevará a cabo en el Instituto para el Desarrollo Humano y la Salud de la Asociación de Médicos Municipales, con la conferencia “Salud y naturaleza: una ecuación vital”.
“Entre salud y naturaleza existe un nexo indisoluble, por la sencilla razón de que nosotros somos naturaleza, y subrayo somos naturaleza, porque nadamos en el mundo natural del mismo modo en que el pez nada en el océano. Nuestra vida cotidiana depende fundamentalmente del aire que respiramos, del agua que bebemos, de la luz solar que absorbemos y de los alimentos que digerimos. De modo tal que sin esos cuatro insumos naturales, nuestra vida sería absolutamente inviable. En gran medida, al ser nosotros naturaleza dependemos, de una manera casi carnal, de la salud del mundo natural para poder hablar de salud individual”, explica Grinberg.
Medicina y medioambiente
Grinberg estudió medicina hasta la mitad de la carrera. Su experiencia con los profesores y en la guardia de los hospitales, lo acercó a la mirada de la profesión respecto a la salud y el medio ambiente. “Muchos médicos se han esforzado por comprender cuáles son los procesos que se están produciendo y que afectan la salud de las personas; otros todavía siguen insertos en un paradigma antiguo y miden su accionar por la simple lógica de la causa y efecto. Entonces, cuando llega al consultorio un paciente con una alteración de su equilibrio vital, apunta a buscar la causa y a ver qué le puede dar al paciente para resolver el problema que tiene. En los últimos años, esta percepción del nexo salud-naturaleza se está intensificando. Primero, porque las revistas científicas están dándole prioridad y segundo, sobre todo, por el cambio climático y la tropicalización, ya que al expandirse hacia el sur la frontera térmica, están apareciendo en regiones templadas, enfermedades de países tropicales como el dengue y la fiebre amarilla. Quiere decir que la propia realidad está obligando al médico a tomar en cuenta el entorno y a asumir que el mundo interno, que viene a ser el mundo íntimo del paciente, está en relación directa con el entorno”.
Políticas ambientales
Consultado sobre el rol del Estado en materia ambientalista, advierte: “No existe una política ambiental seria, desde el punto de vista estructural, en nuestro país. Es decir, una política preventiva dirigida a la población advirtiendo cuáles son las zonas de riesgo, en el contexto de la vida predominantemente metropolitana; porque, como bien dicen las estadísticas de Naciones Unidas, más de la mitad de la población mundial en la actualidad vive en zonas urbanas o híperurbanas. Entonces la vida, en contextos metropolitanos, plantea amenazas que deberían ser tomadas en cuenta por quienes tienen a su cargo la responsabilidad de la función pública, sólo que para poder saber qué es lo que pasa en la realidad, estos señores y señoras que supuestamente nos representan, tendrían que, por ejemplo, hacer recorridas en las madrugadas por las guardias de los hospitales, especialmente por las salas infantiles, para ver la avalancha que hay de casos de ataques respiratorios, de lo que normalmente se llama asma, de reacciones alérgicas, por una simple circunstancia fotoquímica” (ver recuadro Víctimas del ozono).
Otro tema clave es el de los residuos de productos agroquímicos que están presentes en frutas y verduras. Grinberg aclara: “Esto ya nos lleva al campo de la seguridad alimen-taria. No me consta que haya estadísticas ni controles instrumentales de laboratorio en el ámbito nacional, provincial y municipal, ya que no hay laboratorios equipados con instrumental de avanzada, para poder verificar qué es lo que está comiendo la gente”.
Educación ambiental
Para Miguel Grinberg, el concepto de educación ambiental, instrumentado de manera de crear conciencia colectiva, no existe en el país. Cuando se dieron los primeros pasos de educación ambiental, simplemente se fusionaron bajo ese rótulo las clásicas materias Botánica y Zoología. “El hecho de educar a la ciudadanía, también significa educar a la familia en cuanto a ciertos procesos que tienen que ver con el desenvolvimiento de sus propios hijos. A mediano plazo, si realmente hubiera decisión política de educar a la ciudadanía, lograríamos evitar que las salas de urgencia de los hospitales y los sanatorios estén llenas de gente que llega con problemas porque no han sido educados para prevenirlos y no saben que están viviendo en medio de una sopa química que en cualquier momento les puede pegar en cualquier lado”, analiza el especialista.
Ambientalismo y ecología
Grinberg es profesor de Cultura Ambiental en la Universidad Nacional de San Martín, en un posgrado de gestión ambiental, y en la carrera de Periodismo Ambiental en la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata; además, trabajó durante diez años en la órbita de Naciones Unidas. Con autoridad, establece la diferencia que existe entre ambientalismo y ecología de esta manera: “El ambientalista es un profesional de la denuncia, actúa con conciencia crítica; en tanto que el ecologista, desde la ecología social, intenta elevar propuestas que reemplacen lo que está rechazando. Por eso preconizo la agricultura orgánica, por ejemplo, que no recurre a productos agroquímicos, que es sana y evita algunos de los problemas que ya hemos mencionado. También considero que tendríamos que volcarnos a la energía eólica y a la energía solar, que es energía renovable, para salir de la quema de combustibles fósiles provenientes del petróleo. Esa es la diferencia entre ambientalistas y ecologistas, por un lado se denuncia y por el otro, se anuncia la posibilidad de cambiar la vida cotidiana. La meta es la sociedad ecológica, pero no en manos de especialistas, sino que todo ciudadano tiene que tener conciencia ecológica, y eso es un trabajo de mediano y largo plazo que tiene que ver con la educación y la concientización”.
VíCTIMAS DEL OZONO
En las grandes ciudades, especialmente en las zonas donde hay mucho movimiento automotor, hay una reacción fotoquímica entre los rayos del sol y los gases que surgen de la quema de combustible, o sea del humo que sale de los caños de escape. Esta reacción fotoquímica produce un llamado ozono de superficie que es altamente tóxico y que afecta predominantemente a la gente pulmonarmente hipersensible, a los niños y a los ancianos. “Esa gente que va desesperada a la sala de urgencias a buscar una ne-bulización para superar su obstrucción bronquial, está siendo víctima del ozono de superficie. Y esto uno no lo escucha ni entre los médicos, ni en los medios. Doy un ejemplo puntual para que se entienda que no es solamente lo que se puede comprobar en el tubo de ensayo de un laboratorio o en el análisis de sangre. Estamos hablando de un fenómeno ambiental con todas las letras, que le está pegando a parte de la población vulnerable”, señala Grinberg.
CURSO SALUD AMBIENTAL DEL NIÑO Y LA MUJER
El 9 de abril se inauguró el curso Salud ambiental del niño y la mujer, con una conferencia a cargo de Miguel Grinberg. El curso está dirigido a profesionales de la salud y ciencias ambientales, pediatras, médicos de familia, enfermeras y abogados. A cargo de docentes de la Asociación Argentina de Médicos por el Medio Ambiente (www.amma.org), se dictará todos los miércoles de 8:00 a 13:00 de abril a noviembre y acreditará 600 horas de capacitación.
Más informes en el Instituto para el Desarrollo Humano y la Salud, Pacheco de Melo 2034, Capital Federal. Tel/fax: 4805-8075/1723 o asociacioncursos@medicos-municipales.org.ar
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