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sábado, 17 de julio de 2010

El derecho a no ser pobre





Viernes 11 de Julio de 2008


por Roberto Bissio

En uno de los documentos políticos más bellos e influyentes del mundo, la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos justificaba en 1776 la revolución política de las trece colonias inglesas en un derecho dado por “las leyes de la naturaleza y el Dios de esa naturaleza”, y consideraba “evidente” que “todos los hombres son creados iguales” y “dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables”.

Sin embargo, la determinación de cuáles son estos derechos, quiénes sus titulares y cómo se los garantiza nunca ha sido “evidente”, como lo muestra el hecho de que la mayoría de los firmantes de aquel documento poseían esclavos.

Olympe de Gouges percibió esta contradicción, y la denunció en una obra de teatro llamada La esclavitud de los negros. Cuando los revolucionarios franceses aprueban en asamblea la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, en 1789, escribió una “Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana” que comenzaba con las palabras “Hombre, ¿eres capaz de ser justo?”. Fue guillotinada.

En diciembre de 1948, la Asamblea General de las recién creadas Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sobre el horror de los “actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad” cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. El texto se refiere a “todos los miembros de la familia humana”, proclama el fin de la esclavitud, la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y recoge en su preámbulo la necesidad de liberar a todos “del temor y de la miseria”.

La Declaración Universal consagra el derecho a la seguridad social (artículo 22), al trabajo (artículo 23), al descanso (artículo 24), a la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales (artículo 25), y a la educación (artículo 26). Sin embargo, estos derechos económicos, sociales y culturales quedaron en la práctica reducidos a una expresión de deseos. Ningún derecho es efectivamente tal hasta que la persona a la que se le niega puede recurrir a la justicia para hacerlo valer y los mecanismos internacionales de defensa de los derechos humanos trabajosamente creados en los últimos sesenta años le permiten recurrir a la protección internacional cuando se violan sus derechos civiles y políticos, pero no los otros, como si fuera diferente ser víctima “del temor” -a la tortura, la prisión indebida, la censura, la desaparición forzada y tantos etcéteras- que de “la miseria”.

Todo eso cambió, o comenzó a cambiar, el 18 de junio, cuando el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó en Ginebra la resolución A/HRC/8/L. 2/Rev.1/Corr.1 titulada “Protocolo Facultativo al Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales (PIDESC)”. Lo que se esconde bajo este críptico lenguaje legal es que ahora las personas podrán presentar denuncias individuales o colectivas ante la comunidad internacional cuando sus derechos a salir de la miseria sean violados.

A juicio de Amnesty International, la mayor organización civil de defensa de los derechos humanos, éste es “un hecho histórico en la lucha por asegurar a las víctimas el acceso a la justicia”, ya que “las violaciones a los derechos a la salud, la educación, la vivienda adecuada, la comida, el agua o el saneamiento son sentidas más severamente por los grupos marginalizados y las personas que viven en la pobreza”.

También el Papa, a través de su representante en Ginebra, el arzobispo Silvano Tomasi, felicitó a Catarina de Albuquerque, la diplomática portuguesa que presidió las trabajosas negociaciones intergubernamentales por la aprobación del documento, ya que “históricamente los derechos económicos, sociales y culturales han sido considerados demasiado vagos para ser considerados por la justicia como base de quejas individuales y, en este sentido, eran vistos como derechos de segunda clase”.

El nuevo texto legal, que entrará en vigor una vez que sea ratificado por diez países, genera un mecanismo internacional de quejas y un procedimiento de investigación permanente, similares a los existentes para los restantes pactos de derechos humanos, a los que pueden recurrir las víctimas que no tienen acceso a la protección de la justicia en su país, no cuentan con la posibilidad de hacerlo o enfrentan demoras injustificadas en sus demandas a nivel nacional.

Se prevé su utilización, por ejemplo, por parte de los niños romani (gitanos) excluidos de la educación en muchos países europeos o de las víctimas de violación a sus derechos a la vivienda en varios países pobres.

Los derechos para los cuales el sistema internacional ya admite protección son aquellos que exigen que los estados se abstengan de violarlos: no torturar, no censurar, no expropiar a nadie de sus posesiones. Cuando se trata de pasar de la no violación a la acción positiva, educando, sanando o proveyendo agua potable, eso implica gastos que, como expresó el delegado de Estados Unidos, “deben ser realizados de acuerdo con los recursos disponibles y, por lo tanto, no pueden ser sujetos a adjudicación judicial”.

La Convención de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC) no condena a ningún país por ser pobre o porque muchos de sus ciudadanos y ciudadanas lo sean, pero sí reclama la “realización progresiva” de estos derechos “al máximo de sus recursos disponibles y sin discriminación”. Así, toda regresión o reducción en la prestación de servicios públicos esenciales sin una plena justificación es una clara violación de los derechos humanos contra la cual ahora las víctimas tendrán la posibilidad de recurrir ante un mecanismo internacional.

Japón insistió en las discusiones en la necesidad de elaborar normas que reconozcan las diferencias entre países e India demandó criterios para determinar a qué obliga realmente la “realización progresiva” de estos derechos. ¿El “máximo de los recursos disponibles” incluye el dinero que se gasta en otras prioridades rivales como la defensa? Cuando el Estado reduce las barreras arancelarias u otorga exenciones impositivas a las empresas, lo que reduce sus ingresos y provoca la reducción consiguiente de sus servicios públicos, ¿eso implica la violación de sus obligaciones en materia de derechos humanos? El principal obstáculo para la realización en muchos países no es una cuestión de escasez, sino de distribución desigual y falta de voluntad política.

Son temas difíciles, tal como lo fue abolir la esclavitud o reconocer a las mujeres el derecho al voto, que no era obvio cuando hace sesenta años se aprobó la Declaración Universal. Pero ahora la mitad pobre del mundo puede reclamar ante un juez su derecho a no vivir en la miseria.




miércoles, 14 de julio de 2010

Una gran oportunidad




La revista Mutantia figura entre los grandes testimonios de la transformación de la consciencia humana de este ciclo histórico. Ofrecemos ejemplares de algunas ediciones inencontrables. Basta comunicarse con nosotros ipsofacto (arroba) uolsinectis.com.ar y pedir datos sobre el costo de los ejemplares y el modo de obtenerlos.
Un gran abrazo.


Depredador libertinaje neoliberal de BP en el Golfo de México





por Alfredo Jalife-Rahme*

La “desregulación” –es decir, la falta de supervisión gubernamental y ciudadana– del modelo neoliberal de las trasnacionales petroleras anglosajonas y texanas se ha asentado como la culpable principal de la mayor catástrofe ambiental en la historia de Estados Unidos.

La “desregulación”, el dogma ideológico del libertinaje de las trasnacionales anglosajonas, constituye el pecado capital del capitalismo descontrolado que busca como objetivo primario el lucro bursátil sin el menor miramiento a la depredación ambiental y el daño que provoca al bien común y a los intereses patrimoniales de terceros.

En síntesis, la “desregulación” neoliberal en todas sus aplicaciones terrenales representa la barbarie del capitalismo.

La explosión de la plataforma Deepwater Horizon (“Las trasnacionales petroleras devastan el Golfo de México”, Radar Geopolítico, Contralínea 182) que alquilaba la británica British Petroleum (BP) a la perforadora texana Transocean –disfrazada un día como Schlumberger (de la que es directivo y accionista relevante Adrián Lajous Vargas, exdirector de Petróleos Mexicanos), otro día como “Suiza” (con el fin de evadir al fisco)– ha obligado a Barack Obama a interrumpir sus vacaciones y visitar tres veces las costas contaminadas de las entidades estadunidenses colindantes con el Golfo de México (Alabama, Louisiana, Mississippi y Florida), debido a la derrama de petróleo que está aniquilando los nichos ecológicos y la riqueza de la fauna y la flora –que más temprano que tarde afectará a Cuba y a las costas mexicanas.

Llama poderosamente la atención el silencio estruendoso del gobierno de Texas, vecino relevante del Golfo de México, debido quizá a que es la sede de las principales trasnacionales de hidrocarburos.

Hasta la presunta fraudulenta aseguradora ING no ha podido esconder el costo estimativo de más de 22 mil millones de dólares que, hasta ahora, ha ocasionado el cataclismo petrolero de la tríada depredadora: BP-Halliburton-Transocean.

Aunque suene increíble, la administración de Obama se encuentra incapacitada para lidiar con tal catástrofe después de más de mes y medio de derrame petrolero incontenible. Pese a las truculencias indelebles de la tríada privada petrolera BP-Halliburton-Transocean, la administración de Obama ha dejado irresponsablemente en sus manos la solución del hasta ahora insoluble problema ecológico, que cada día se exacerba más y que empieza a alcanzar las costas de Florida (que vive del turismo).

Ahora resulta que tampoco las petroleras texanas y británicas estaban capacitadas para un derrame en las aguas profundas del Golfo de México, según devela desde Houston Ed Crooks, reportero de The Financial Times (2 de junio de 2010): “BP no disponía todo (sic) el equipo necesario para detener la fuga del pozo Macondo en el Golfo de México”. ¡Así de simple!

¿Por qué perforan, entonces, las petroleras texanas y anglosajonas si no están adiestradas para contrarrestar los accidentes a 1 mil 500 metros de profundidad? ¿No lo saben, acaso, los gobiernos implicados en otorgar permisos generosos y laxos para las alocadas perforaciones en aguas profundas?

No es nuestra intención hacer leña del árbol caído de BP, quien, hay que reconocer, no es la única culpable, cuando la corresponsabilidad del accidente es también de las texanas Transocean y Halliburton.

Cabe señalar que, sin el menor desparpajo, Transocean –que había ya provocado hace 31 años otro inolvidable accidente mayúsculo en Ixtoc (Campeche), en aquel entonces a solamente 5 metros de profundidad en el Golfo de México–, a las dos semanas de la reciente catástrofe ambiental, cobró el monto del seguro de su plataforma por más de 500 millones de dólares. ¡Que eficiencia financiera! ¿A quién le importa la seguridad ambiental y de los humanos carentes de “seguros” redimibles?

Curiosamente, BP ha recurrido a las mismas técnicas añejas de hace 31 años utilizadas en el derrame del Ixtoc (Campeche), de menor cuantía comparada a la Deepwater Horizon y que duró un año en ser contenida.

¿No evolucionó la gran tecnología petrolera anglosajona y texana en tan largo plazo de tiempo cuando sus técnicas de lucro financiero las han colocado en los primeros sitiales del desempeño global?

Tony Hayward, el mandamás de BP, al unísono de la muy sesgada prensa británica, le ha echado la culpa a las texanas Halliburton y Transocean –que participaron respectivamente en la cimentación y la instalación de la plataforma alquilada por medio millón de dólares al día–, y en fechas recientes ha inculpado a otra empresa texana, Cameron International, que manufacturó y vendió a Transocean el “preventivo de explosiones”, que no funcionó.

Es evidente que el asunto de la devastación petrolera en el Golfo de México ha provocado la furia ciudadana y ha llevado a que Robert Reich, anterior secretario del Trabajo en la primera administración de Bill Clinton, exija la liquidación de BP por el gobierno estadunidense para, primero, impedir que siga contaminando las costas de Estados Unidos y, segundo, con el fin de contar con recursos financieros suficientes para indemnizar a las víctimas. ¿Quién podrá indemnizar al medio ambiente, a los nichos ecológicos y la riqueza de la fauna y la flora? ¿Cómo se puede cuantificar tal daño que suele pasar desapercibido?

El asunto ya se volvió la peor cefalea política de Obama a unos cuantos meses de las elecciones legislativas de noviembre. El costo político es ya muy alto debido a la impotencia que ha exhibido hasta ahora el gobierno estadunidense: primero, al dejar hacer de las suyas a las trasnacionales petroleras depredadoras en medio del desastre ambiental y, segundo, al padecer catatonia administrativa.

Sin contar sus anteriores felonías (una explosión en Texas y fugas de gas en Alaska debido al pésimo mantenimiento, con el fin de ahorrar “costos”), BP no termina de arrojar más sal a las heridas múltiples de la nación estadunidense –y, de paso, a los países ribereños del Golfo como México y Cuba– al haber contratado a la polémica Ann Womack-Kolton –anterior funcionaria de prensa de Dick Cheney, el tan vilipendiado exdirector de Halliburton y exvicepresidente de Estados Unidos– con el fin de pretender aplacar la tormenta multimediática mediante las consabidas lubricaciones a las que son muy vulnerables cierto tipo de “comentaristas” de radio y televisión, que le deben muchos “favores” previos a la administración republicana, además de defenderse de las imprecaciones del Partido Demócrata que ha fulminado contra la parálisis presidencial de Obama, quien en un descuido puede ser enjuiciado políticamente y, tal vez, obligado a renunciar.

El centro de pensamiento Center for American Progress ha imputado que el derrame es consecuencia de la política petrolera del anterior vicepresidente Cheney, quien desde 2001 mantuvo estrechas relaciones de los “reguladores” gubernamentales con las trasnacionales petroleras, además de la conexión directa entre Cheney y Minerals Management Service (la supuesta reguladora nominal), que ha sido criminalmente negligente.

La impotencia catatónica de la administración de Obama ha alcanzado niveles inconcebibles cuando la marea negra del derrame prosigue ineluctablemente su marcha hacia las costas.

Hasta ahora, tampoco se ha notado la funcionalidad del Cuerpo de Ingenieros ni la de los Guardias de la Costa, quienes, al parecer, carecen de recursos y del equipo para yugular la hemorragia petrolera.

El exsecretario del Pentágono, Colin Powell, ha llegado a pedir la intervención del ejército para controlar la derrama. El problema subyace en que BP y las trasnacionales petroleras texanas se encuentran fuera del control del gobierno de Estados Unidos debido a la maldita y maldecida “desregulación”: la quintaesencia dogmática neoliberal proclamada para hacer más “eficientes” a los “mercados”.

Peor aún, el almirante Mike Mullen, jefe de las fuerzas armadas conjuntas de Estados Unidos, confesó que no disponían del equipo para la tarea de detener la hemorragia del pozo afectado, ya que “la mejor tecnología en el mundo se encuentra en la industria petrolera”. ¿Donde está, entonces, tal tecnología? ¿Se puede seguir perforando y extrayendo alocadamente petróleo cuando se carece de tal tecnología?

Resulta azorante que el mayor ejército del mundo, el de Estados Unidos –con un presupuesto anual de 1 millón de millones de dólares (1 trillón en anglosajón)–, cuya principal tarea es destruir lo ajeno, no cuente con la capacidad técnica ni filosófica para reparar los daños ambientales catastróficos en su propio suelo.

El centro de pensamiento estratégico europeo de Defensa comenta que “el drama pone cada día en evidencia la crisis misma de la autoridad política y de la renuncia de esta autoridad para el beneficio de las potencias del dinero”.

Conclusión

Cuando los gobiernos en el mundo –con mayor ahínco los de Estados Unidos y Gran Bretaña, cuyos políticos siguen siendo muy bien lubricados por el “cabildeo” (grupos de presión) de las petroleras anglosajonas y texanas– han claudicado a defender el medio ambiente y los intereses superiores de sus gobernados, resulta imperativo que los ciudadanos tomen riendas en el asunto en forma creativa: si no liquidan el libertinaje de las trasnacionales, en especial, las petroleras, van a acabar liquidando el medio ambiente, los nichos ecológicos y la riqueza de la fauna y la flora, además de perjudicar gravemente los intereses de los indefensos habitantes.

No sería una mala idea, como medida de alerta de sanidad pública, anunciar anualmente la lista negra de las 10 principales depredadoras globales, para que los ciudadanos del mundo escudriñen sus actividades estrechamente y obliguen a sus gobiernos a tomar las medidas precautorias.

Así como existe el Tribunal Penal Internacional, los ciudadanos del planeta deben promover la creación de un tribunal ambiental global que por necesidad sería tanto penal como civil. Éste regularía la actividad petrolera que, por lo visto, no puede ser un asunto particular ni motivo para el libertinaje de una ideología barbárica, la neoliberal, que solamente busca el lucro sin importarle un comino el medio ambiente ni el destino de los humanos.


* Alfredo Jalife-Rahme

Especialista mexicano en asuntos internacionales. Autor de varios libros sobre los síntomas indeseables de la mundialización. Colabora dos veces por semana en el diario mexicano La Jornada.

sábado, 10 de julio de 2010

UN MUNDO DE HAMBRE








La conservadora meta de reducir el hambre en el mundo, plasmada en el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio, se tornó ya inalcanzable en un planeta con más de 1 mil millones de personas hambrientas. Lejos de disminuir, el número de desnutridos aumenta vertiginosamente


Katia Monteagudo / Prensa Latina 28 marzo 2010


La Habana, Cuba. La cantidad de personas hambrientas en el mundo sigue en ascenso, asegura la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en su más reciente informe sobre el estado de la inseguridad alimentaria del planeta.

La sexta parte de la población mundial padece grandes faltas de alimentos, con lo que prácticamente se sentencia a muerte el cumplimiento del primer Objetivo de Desarrollo del Milenio de la ONU para 2015.

Con 1 mil 20 millones de seres humanos sin comestibles –170 millones de éstos son niños menores de cinco años–, ya resulta inalcanzable la meta propuesta por la ONU: reducir a menos de 420 millones las personas hambrientas en el mundo.

Esas cantidades de mal nutridos resultan las mayores cifras de los últimos 40 años, y un empeoramiento de los índices globales de pobreza en apenas un quinquenio.

Tal tendencia coloca a la humanidad ante uno de sus mayores desafíos, porque estos desajustes empeoran en los países y regiones más vulnerables de la tierra, y donde se concentra la mayor parte de la población mundial.

De los que hoy sufren hambre en el mundo, 642 millones viven en Asia y el Pacífico; 265 millones, en África subsahariana; 53 millones, en América Latina y el Caribe; 42 millones, en el Medio Oriente y el norte de África, y 15 millones en los países industrializados.

Los datos del informe, producido por la FAO y el Programa Mundial de Alimentación (PMA) de la ONU, muestran además que, entre 2004 y 2007, hubo un crecimiento muy significativo.

Sólo en ese lapso, 75 millones de personas pasaron a formar parte de las filas de hambrientos.

Este hecho resulta desesperanzador, especifica el análisis, porque en la década de 1980 y principios de 1990, el mundo tenía algunos progresos en la reducción de este flagelo crónico.

Tres cuartas partes del monto total de hambrientos son campesinos pobres, especifica Gemmo Lodesani, responsable del PMA en Bruselas.

Dato desolador, insiste Lodesani, porque quienes no tienen un nivel nutricional suficiente para tener una vida normal y productiva son también quienes deben hacer producir la tierra.

Para Lodesani, el aumento de la población mundial será otra de las problemáticas por enfrentar, ya que en 2050 los habitantes del globo terráqueo sumarán más de 9 mil millones.

Para cubrir sus demandas de alimentos, calcula la FAO, será imprescindible elevar en un 70 por ciento la producción mundial de comestibles, en comparación con los niveles actuales.

Pero en la era del cambio climático y el declive terminal de la producción de hidrocarburos, este porcentaje es casi una quimera.

El crecimiento de la demanda tendrá que satisfacerse, refieren los analistas, en condiciones de creciente escasez de agua, salinidad elevada de los suelos y condiciones meteorológicas y climáticas más variables y adversas.

En este sentido, es cada vez mayor el número de expertos y formuladores de políticas que coinciden en la importancia de elevar las inversiones en el sector agrícola, las ciencias agrarias y las nuevas tecnologías.




Aunque Olivier de Schutter, relator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación, cree que el mundo aún no está preparado para reducir los números de seres desnutridos. Además de producir más, afirma, serán necesarias distintas estrategias para una mayor cooperación internacional y nuevos mecanismos de producción y distribución.

Durante las últimas décadas, las inversiones globales para la agricultura han venido disminuyendo, lo que ha conducido a un lento crecimiento de la productividad de este sector.

La FAO precisa que los países en vías de desarrollo deben invertir 44 mil millones de dólares anuales para alimentar a su población, pero esos aportes no pasan de los 8 mil millones de dólares.

A esta problemática se suman las previsiones de varias agrupaciones internacionales sobre el futuro de la producción de alimentos en el planeta, bajo los desajustes climáticos.

Científicos del Programa de Seguridad Alimentaria y Ambiente de la Universidad Stanford de California, en Estados Unidos, advierten que el cambio climático podría elevar mucho más los precios de los alimentos y provocar mayores cifras de hambrientos.

Para hacer frente a estos desafíos, será imprescindible desarrollar un sistema agrícola y de alimentación mundial más productivo y sostenible, advierten todos, pero el trecho por recorrer resulta largo y difícil en un mundo donde ya el hambre resulta crónica.

La FAO alerta que si las temperaturas del planeta siguen en aumento, podrían reducirse considerablemente los ingredientes de la dieta básica de millones de latinoamericanos, caribeños, africanos y asiáticos.

La escasez resultante de las malas cosechas, indica, podría ocasionar otra gran alza de precios en el mercado, superior a la de 2008, la peor de todos los tiempos.

Esta predicción la comparten el International Food Policy Research Institute (IFPRI), el Asian Development Bank y el Banco Mundial.

Como consecuencia del calentamiento global, aseguran las entidades citadas, las cosechas de arroz y trigo de los países en vías de desarrollo podrían disminuir hasta un 19 y 34 por ciento, respectivamente, para 2050.

Dentro de cuatro décadas, los agricultores del sur de Asia podrían recolectar la mitad de sus siembras de trigo, debido a la caída de los rendimientos. Igual puede que cueste 334 dólares la tonelada de ese cereal, más del doble de su precio en 2000.

También la tonelada de arroz podría dispararse hasta 421 dólares y a 240 esa misma cantidad de maíz.

La FAO está convencida de que en el incremento de la hambruna actual, además de las malas cosechas, otros factores económicos están siendo decisivos. El alza de los precios nacionales, la reducción de los ingresos familiares y el aumento del desempleo son algunos de éstos. Los altos costos son motivo de preocupación de la FAO, porque ésta bien sabe de sus impactos negativos en la seguridad alimentaria de las poblaciones más vulnerables.

Las estadísticas de esta entidad muestran que los precios internos en los países en desarrollo siguen siendo elevados y, en algunos casos, superiores a los del fatídico 2008.

En el África Oriental, los cereales fluctúan dentro de un margen estrecho desde julio de 2009. El maíz, en los mercados de Uganda, Kenya y la República Unida de Tanzania, está un 80 por ciento más alto que dos años atrás. En Afganistán, la harina de trigo cuesta casi el doble, y en Pakistán, un 70 por ciento más.

En América Latina, los precios totales subieron un 41 por ciento, de 2006 a enero del presente año, afirma José Graciano Da Silva, representante de la FAO para la región.

Si bien los precios globales comenzaron a bajar desde mediados de 2008, una gran parte de esta disminución no se trasladó a los consumidores, porque a los intermediarios y comerciantes no les resulta rentable vender barato los inventarios que compraron anticipadamente a caros precios, detalla Da Silva.

Mientras hoy millones carecen de pan diario y se les pronostica peores días, los londinenses pueden comer 8 mil millones de veces al año, según la alcaldía de la capital del Reino Unido.

Por esta sola acción, Londres genera 19 millones de toneladas de gases contaminantes, además de otros 6.3 millones por desechar, un tercio de los alimentos que ahí compran.

Este ejemplo ilustra el complejo drama de la lucha contra el hambre planetaria, porque, a costa del bienestar de unos pocos, muchos están condenados a perecer.

En la mitad de la actual centuria, alerta la FAO, podría haber un 20 por ciento más de personas desnutridas, tan sólo por los desarreglos del clima.

También el IFPRI advierte que la crisis alimentaria, junto con la energética y los problemas del cambio climático, ocasionará mayores cifras de pobres y hambrientos.

No obstante, la FAO desarrolla múltiples proyectos mundiales para que sigan progresando las ciencias agrícolas, con el fin de producir mayores volúmenes de comestibles provenientes de la tierra.

En la actualidad se avanza en esta especialidad, reconoce la entidad, con lo cual se debe enfrentar el abrupto crecimiento de la población mundial, calculada hoy en más de 6 mil 700 millones de personas.

Pero para 2025, casi 2 mil millones de habitantes más poblarán el planeta, por lo que urge acelerar las estrategias para el fomento de recursos alimentarios, ya que el futuro avizora que la mayoría de los seres humanos seguirá viviendo en un mundo de hambre.

CONTRALINEA 174 / 28 DE MARZO DE 2010





Rumbo a una mutación cultural



“Todos escuchamos que un millón de monos aporreando un millón de máquinas de escribir eventualmente reproducirían las obras de Shakespeare. Ahora, gracias a la Internet, sabemos que no es cierto."

Robert Wilensky
Universidad de California


Somos mutantes culturales, inexorablemente. Quien no lo advierta, está condenado a extinguirse del modo más opaco imaginable. No es una fatalidad, ni un suceso inesperado. A lo largo del menguante siglo XX de la Era Cristiana fueron infinitas las señales sobre esta culminación y quienes se predispusieron a tomarlas en cuenta --nosotros entre ellos-- saben muy bien que lo que nos rodea es una penosa caravana de espectros y espejismos. Sabemos mejor qué es lo que concluye, que lo que comienza. No alardearemos de poderes visionarios o proféticos. Fuimos parte de la Generación del Sesenta y de todas las enormes manifestaciones contraculturales de ese período. Fuimos un segmento protagónico de la ECO 92 en Rio de Janeiro y co-redactamos en París la Agenda YA WANANCHI de los ciudadanos. Y advertimos como, con el paso de días, meses, y años, los más pertinaces enemigos de lo humano fueron adoptando las premisas disconformistas y desestabilizantes de antaño para cooptar (maquillar) sus hipócritas discursos. Si pudo ser de otro modo, lo desconocemos. Pero tenemos la certidumbre de que los tiempos y las reglas han cambiado. Es como haber jugado toda la vida al fútbol, y encontrarse de pronto que ya no es Once contra Once sobre el césped de una cancha, sino unos poquitos contra invisibles Sátrapas muy poderosos en la difusa virtualidad del espacio cibernético.Esta edición electrónica de es continuidad de los 24 números de la publicados sobre papel durante el ciclo 1980/87, y cuyos textos vigentes iremos rescatando aquí. Estamos y estaremos "en construcción". En medio de un vastísimo proceso estupidizador de multitudes que no nos preocupa ni inhibe. Lo que sí es peligroso y nada promisorio, es la creciente oleada de desnaturalización que fomenta una Monocultura monologada exclusivamente en inglés y apuntada a que todo el planeta vista, coma, sintonice y piense lo mismo, en general fútil, descartable. Lo único que te piden es que seas un buen consumidor y un bien puntual contribuyente. De paso, sabemos que hay muchos scanners represivos ida y vuelta por la Red a la caza de "monstruos" (o sea, ciudadanos decentes). Hola, ¿cómo te va, Echelon? ¿Sabías que el amor y la vida espiritual son más poderosos que la más sofisticada tecnología represora? En fin: también iremos trazando cuyo contenido sea compatible con una perspectiva más noble de la existencia en la Tierra. Finalmente, no nos interesa contra qué o contra quién estás. Nos interesa conocer tus "a favor" y qué te parece que podríamos tratar de poner en el lugar de lo que agoniza y se pudre sin parar. En lineamientos de descentralización y de reconstrucción de la autonomía, grandes recursos de todos los siglos.

Y visitar periódicamente nuestros blogs asociados para leer los textos mutantes con los que vamos creciendo y multiplicando iniciativas. Que tengas paz.

Miguel Grinberg


DESPUNTA UNA ALBORADA DE ETERNOS VALORES

Hoy, sobre la Tierra, existen seres humanos cuyo estado de consciencia está en transición rumbo a una etapa muy peculiar: dejan de estar polarizados en la mente concreta, analítica, deductiva y racional, para ingresar en el mundo de la intuición, del conocimiento directo, característico de la mente abstracta y de sus realidades suprafísicas.

Salir del estado común del hombre mental de nuestros días para entrar en el del hombre futuro implica pruebas intensas, pues el antiguo mecanismo racional vasiendo modificado, mientras que el intuitivo todavía no se expresa libremente.

El modo como los seres en transición perciben las cosas ya no coincide con el de los seres mentales con quienes conviven, aunque aquel modo tampoco penetra aún la consciencia superior. Este período de pruebas puede transcurrir en paz si, con determinación, se cultiva la receptividad al mundo interior, subjetivo, y si se pone fiel empeño en superar las limitaciones. El poder de organizar, de analizar, de clasificar y de estructurar, que la vieja mente concreta adquirió en su larga trayectoria a través de las encarnaciones en esta Tierra, estará por fin al servicio de la mente superior y, unido a ella, el ser participará constructivamente en la gran obra de la evolución.

Pero la presente transición no se reduce a la conquista de la percepción intuitiva. Para quien persiste, va más allá: incluye la trascendencia del ego, la universalización de todo el ser. Un nuevo hombre despierta entonces. Él no surge solamente de reformas materiales ni de otros ajustes externos, que en sí mismos son paliativos, como vemos por la historia de este planeta. Surge de haber ingresado en ese estado desconocido, supramental, que redime la materia y diviniza la vida por completo: lo que está en los niveles más densos de consciencia se vuelve hacia lo alto, y lo que está en lo alto se vuelve hacia abajo para elevarse enseguida, enriquecido por la experiencia. Ese descenso está imbuido de energía de servicio, de la capacidad de donarse incondicionalmente, que lleva al ser humano a liberarse del compromiso ancestral con la inercia y, al mismo tiempo, de la tendencia al conflicto propia del mundo.

Esa transición del hombre forma parte de un proceso más vasto,que comprende la sutilización y la reestructuración energética de todo el planeta Tierra, tema amplio que repetidas veces hemos tratado en los libros que publicamos. Es una transición estimulada por el despertar de áreas de la consciencia adormecidas desde hace mucho. Dicho despertar es el resultado de la implantación de un nuevo código genético, no en laboratorios terrestres, sino a partir de esferas suprafísicas. Según los grandes Instructores sin ese despertar profundo, cualquier intento humano de armonizarse con la inteligencia y con los ritmos del cosmos es en vano.

Aunque la mayor parte de la humanidad lo desconozca, el poder de transformación proveniente de las esferas espirituales es inmenso. Paradojalmente en esta época confusa, de tanto desorden externo, despunta una alborada de nuevos y eternos valores, y no hay quien, en su interior, no esté siendo tocado por ella.

Trigueirinho

HACIA UNA ACTITUD ECOLÓGICA PROFUNDA


14 de Julio de 2010 · Por jbcs.blogspot.com*

Afortunadamente, es claro que la preocupación ecológica se está extendiendo en la sociedad, pero hay que evitar quedarse en una actitud superficial.

Hay dos actitudes

a) Una es la de los "ambientalistas". Actúan como bomberos, apagando fuegos: hoy piden que un parque sea declarado nacional, mañana protestan contra la construcción de una represa, pasado mañana contra una mina... Está bien lo que hacen, y es necesario hacerlo, pero no basta, no resuelve los problemas; simplemente cura síntomas, pone parches, pero permite que problema principal, la causa continúe ahí.

La actitud superficial identifica los problemas ecológicos en aquello que impide el funcionamiento de la "sociedad moderna desarrollada" (agotamiento o contaminación de los recursos, desastres...). Confía en que las soluciones tecnológicas industriales podrán mantener los daños dentro de límites soportables. No se le ocurre cuestionar el mito del desarrollo ilimitado, del crecimiento económico constante... Es decir, está dentro del sistema, es deudora de la misma mentalidad que ha causado el problema ecológico. Propone una política de soluciones que no cortan el mal, sino que lo prolongan... Decía -Einstein que un mal no se puede arreglar con una solución que está dentro de la misma mentalidad que causó el problema. La actitud ecológica ambientalista -también llamada reformista o superficial- está bien intencionada, pero no es la solución.

b) Otra actitud es la radical, que quiere ir a la raíz de los problemas. Las varias corrientes ecológicas que aquí se agrupan coinciden en identificar esa raíz en -las ideas y representaciones que han posibilitado la depredación de la naturaleza y han llevado al mundo occidental hacia la autodestrucción. Proponen luchar por un cambio en las ideas profundas que sostienen nuestra civilización y configuran nuestra forma de relación con la naturaleza, relación que nos ha llevado al desastre actual y a la previsible catástrofe.

La actitud ecológica radical implica una crítica a los fundamentos culturales de Occidente. Cuestiona fundamentalmente: la primacía absoluta que damos a los criterios económico-materiales para medir la felicidad y el progreso; la creencia en la posibilidad de un crecimiento constante e ilimitado tanto en economía como en comodidades y en población humana, como si no hubiera límites o no los estuviéramos ya sobrepasando; la creencia de que la tecnología y el crecimiento solucionarán todos los problemas; la ignorancia crasa de la complejidad de la vida en este planeta, y el absurdo de una economía que todo lo cuantifica menos los costos ecológicos...

Este concreto -viejo paradigma, esta forma tradicional de pensar, que tiene raíces filosóficas y hasta religiosas, es lo que nos ha puesto históricamente en guerra contra la naturaleza, contra la biodiversidad, contra los bosques, los ríos, la atmósfera, los océanos... Sólo cambiando esa vieja forma de pensar nos podemos reconciliar con el planeta. Ésta es la actitud llamada "ecología profunda" (cfr pág. 46), eco-sicología, ecología fundacional, radical o revolucionaria.

Comparación entre las dos actitudes ecológicas

La segunda actitud, la radical, trata de buscar:

No sólo los síntomas (contaminación, desastres), sino las causas (modelo de relación con la naturaleza).

No sólo el bien de los humanos, sino el bien de la vida, de toda vida, por su propio valor intrínseco.

No sólo acciones paliativas, sino cambio de ideas, de presupuestos filosóficos, estilos de vida, valores éticos, autocomprensión de nosotros mismos... o sea, mentalidad nueva, "cambio de paradigma".

No tanto cambiar la naturaleza, cuanto cambiarnos a nosotros mismos (una ecología también "interior").

No considerarlo todo en función del ser humano (antropocentrismo), sino poner a la vida en el centro (biocentrismo) y al ser humano entre los demás seres (valoración conjunta de todos los seres).

Reconsiderar nuestra "superioridad" humana, superando nuestra clásica infravaloración de la naturaleza (considerándola "materia" inerte, mero repositorio de objetos y recursos...), y dejando de considerarnos sus dueños y señores absolutos.

Una actitud ecológica integral

No basta, pues, una actitud de "cuida-do" de la naturaleza (no dilapidar, ahorrar, calcular e integrar a partir de ahora los costos ecológicos...). Eso está muy bien, pero hace falta mucho más.

Es necesario llegar a redescubrir a la Naturaleza...:

  • como nuestro ámbito de pertenencia,
  • como nicho biológico, como una placenta,
  • como camino de desarrollo y camino espiritual,
  • como revelación mayor para nosotros mismos.

Es una nueva forma de entender no sólo al cosmos, sino a nosotros mismos dentro de él, una verdadera "revolución copernicana". Un "nuevo paradigma".

Un "cambio de lugar cósmico" y otros cambios

Igual que la teología de la liberación habla de la necesidad de cambiar de "lugar social" (aquel sector o polo de la sociedad desde el que uno siente que vive y experimenta la historia, desde el sistema o desde los pobres), el nuevo paradigma de la ecología profunda nos pide también un cambio de "lugar cósmico". La mentalidad clásica tradicional nos hizo sentirnos como -fuera de la naturaleza (distintos), y -por encima de ella (enteramente superiores)... No nos considerábamos "naturaleza", sino "sobre-naturales", venidos "de afuera, y de arriba". Únicamente el ser humano tenía alma, mente y espíritu... Y la historia, en un plano superior al de la naturaleza, comenzaba siempre con el ser humano, considerando irrelevante y hasta ignorando la historia cósmica de casi 13.700 millones de años anterior a nosotros...

En el paradigma de la ecología profunda pasamos a sentirnos cosmos, a saber que somos -literalmente, sin recurso a la metáfora- "polvo de estrellas", naturaleza evolutiva, Tierra, que, en nosotros, llega a sentir, a pensar, a tomar conciencia de sí misma, a admirar y a contemplar...

La actitud ecológica profunda nos lleva a aceptar una serie de transformaciones asociadas:

  • auto-destronamiento: bajarnos del endiosamiento en que nos habíamos situado, y superar la ruptura y la incomunicación con la naturaleza;
  • superar el antropocentrismo, el mirarlo todo en función del interés del ser humano, pasando a considerar la centralidad de la vida, el "biocentrismo", desde el que todas las formas de vida tienen valor por sí mismas;
  • asumir nuestra historia cósmica evolutiva, sabiendo que somos su resultado final, la flor que lleva en sí misma en síntesis toda la historia de este caos-cosmos que se está desplegando ante nosotros gracias a la nueva cosmología, el "nuevo relato" que las ciencias nos están presentando, y no sólo una historia doméstica encerrada en los 3000 últimos años, a la que nos habían acostumbrado las grandes religiones;
  • revalorización de "lo natural", es decir, superación del prejuicio de que un "pecado original" lo estropeó todo primordialmente, e hizo pecaminoso y "enemigo del alma" al mundo, al sexo, al placer... y recuperar la seguridad de que el principio de todo fue más bien una "bendición original"...
  • redescubrir una idea y una imagen de Divinidad que no necesite de más "transcendencia" metafísica que de inmanencia en la materia, y que no quede en ningún caso separada de la realidad, en un 2º piso.

Una visión holística

Todo ello es una visión nueva, no antropocéntrica, sino holística: miramos ahora desde el todo (naturaleza), en vez de desde la parte (ser humano). Y creemos en la primacía del todo sobre la parte. El ser humano necesita de la Naturaleza para subsistir, la Naturaleza se las arregla muy bien sin el ser humano. El humanismo clásico postulaba que el ser humano era el único portador de valores y significado, y que todo lo demás era materia bruta a su servicio... Ha sido una visión gravemente equivocada, que nos ha puesto en contra de la naturaleza, y que ha de ser erradicada.

No se trata sólo de "cuidar" el planeta porque nos interesa, o porque está amenazada nuestra vida, o por motivos económicos, ni para evitar la catástrofe que se avecina... Todos estos motivos son válidos, pero no son los únicos, ni los principales, y aunque no estuvieran ahí, seguiríamos necesitando una "conversión ecológica" de nuestro estilo de vida, de nuestra mentalidad, incluso de nuestra espiritualidad. Necesitamos "volver a la Casa Común", a la Naturaleza, de la que, indebidamente, nos autoexiliamos en algún momento -todo apunta a que fue al comienzo del Neolítico, con la revolución agraria y urbana-.

Captar estos motivos más profundos, descubrir la ecología como "eco-sofía", como camino de sabiduría para nuestra propia realización personal, social y espiritual, es haber llegado a descubrir la "ecología profunda" como dimensión humana ineludible, para vivir en plenitud la comunión y la armonía con todo que somos, sabiéndolo y saboreándolo.

*Fuente:

http://jbcs.blogspot.com/2010/02/hacia-una-actitud-ecologica-profunda.html

Más info:

· VIDEO: La Abuela Margarita

La Abuela Margarita: Margarita Núñez Álvarez, conocida como la Abuela Margarita, descendiente y curandera de las culturas Maya y Chichimeca trae un mensaje de amor y espiritualidad ligado a la tierra desde lo femenino. Conocida y respetada entre los círculos indígenas de todo el mundo, esta mujer originaria del norte de México se ha convertido en vocera de la mujer. La abuela ha sido llamada desde muchos extremos del planeta para que su palabra sea oída. Ella proclama valores de la mujer como generadora y transformadora de la sociedad y lleva con su palabra de tradición y como guardiana del origen a nuevas miradas del mundo y de la vida.


¡Banca ecologista en el Parlamento Británico!

<b>¡Banca ecologista en el Parlamento Británico!</b>
Caroline Lucas - Ecologista

Histórico triunfo electoral de los Ecologistas en Gran Bretaña

Verdes británicos entran por primera vez en el Parlamento de Westminster

La Coordinadora Verde de España felicita a Carolina Lucas (49 años), primera diputada de Los Verdes de Inglaterra y Gales en el Parlamento británico. Fue elegida con 31 por 100 de los votos en la circunscripción de Brighton, por delante de los candidatos laboristas (28.9 por 100), conservadores (23,7 por 100) y liberales (13.8 por 100).

En palabras de Sonia Ortiga, coportavoz de la Coordinadora Verde , "hoy es un gran día para el ecologismo político inglés y británico, y enviamos nuestra enhorabuena a nuestra compañera Carolina Lucas por este estupendo resultado. Nos alegra ver que a pesar del sistema mayoritario a una sola vuelta, que tanto favorece a los partidos tradicionales, seabre un espacio cada vez mayor para otras propuestas políticas como la alternativa verde. Es una enorme esperanza que nos envía el Green Party: a pesar de nuestro sistema electoral injusto, también es posible en España".


Añade el coportavoz de la organización ecologista Florent Marcellesi: "Está soplando un viento muy propicio para la ecología política en toda Europa. Tras los estupendos resultados de Europe Écologie en Francia, la entrada de los verdes húngaros en su parlamento nacional, el primer eurodiputado verde en Grecia y ahora la primera diputada en el Parlamento de Westminster, estamos con mucho ánimo para seguir construyendo la alternativa verde en España y obtener también nuestros primeros escaños verdes en el Congreso en 2012."




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Datos personales

Uno de los más inspirados exploradores del impulso evolutivo de la consciencia humana durante el siglo XX y la era actual, publicó revistas emblemáticas como Mutantia, fundó redes ecologistas en variadas latitudes, desarrolló el concepto de Multiversidad, creó la dinámica meditativa Holodinamia y mediante traducciones, ediciones y obra personal ha concretado más de cincuenta libros inspirados por su sensibilidad poética, espiritual y visionaria. Ha traducido a Thomas Merton, Mahatma Gandhi, Jalaludín Rumi, el Maestro Eckhart, William Blake y otros. Sus obras más recientes son la 4ª edición de Cómo vino la mano, Celebración de la vida intensa, Desarrollo intuitivo, Somos la gente que estábamos esperando, Ternura: deleite supremo y Poesía y Libertad.

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